Justificación
X Congreso Mundial de Mediación, Génova, Italia

Durante el transcurso del siglo XX la mayoría de las naciones del mundo firmaron declaraciones, tratados convenciones y pactos con el fin de que todos los seres humanos cobráramos conciencia y nos comprometiéramos a practicar y defender los derechos humanos.

Los derechos humanos tutelan derechos naturales inherentes a nuestra naturaleza y su reconocimiento en las constituciones de los estados democráticos así como su plena vigencia en las normas positivas, compromete y obliga a cada nación a diseñar políticas públicas que respeten y garanticen la dignidad de cada persona.

Sin embargo a pesar de que cada individuo independientemente del rincón del planeta en que ha sido concebido es portador de dignidad y derechos, por el solo hecho de serlo, éstos hasta ahora se vulneran sistemáticamente independientemente del país de nacimiento.

Los conflictos sobre todo aquellos que dañan severamente las relaciones interpersonales, grupales y sociales, suelen gestionarse a través de actos que atentan contra la dignidad y los derechos de los demás.

La violencia en todos los espacios de la vida gregaria y en particular en la familia, la escuela y la comunidad próxima nos aleja de la legítima aspiración de convivir pacíficamente y de alcanzar un desarrollo humano, armónico y pleno.

Es en el anterior contexto en el que se ha convocado a los Congresos Mundiales de Mediación, y desde sus orígenes se ha sostenido que esta metodología es una vía eficaz para transitar de una cultura de la violencia a una cultura de la paz y la concordia.

Los logros hasta ahora alcanzados en los citados Congresos que por cierto se han visto reflejados en reformas constitucionales, en la regulación de normas secundarias sobre la mediación además de la consolidación de nuevos modelos y de la puesta en práctica de las propuestas surgidas en su seno, compromete a todos los movimientos a plantear en sus naciones de origen la urgencia de que incorporen a sus políticas públicas la mediación como estrategia de pacificación priorizando para esto a las instituciones socializadoras.

Así mismo la sinergia entre el respeto a la dignidad de todas las personas y la mediación obliga a las organizaciones sociales a desarrollar programas destinados a democratizar la práctica de la mediación de tal manera que independientemente del momento o el lugar donde surja un conflicto se pueda disponer de mediadores pacificadores pares por lo que el Congreso se constituye en un espacio adecuado para generar propuestas y alcanzar acuerdos relevantes orientados a diseminar en todo nuestro planeta la mediación.

Por último es necesario destacar que el aumento indiscriminado de la violencia coloca en riesgo a nuestra especie, de ahí la pertinencia de este Congreso en el que se pretende contribuir a que en cada país se evalué la multicausalidad de la violencia y esta se frene y sea revertida a través de la mediación.

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